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Columnas de opinión

¿Hay avances en el camino hacia la erradicación de las violencias basadas en género?

09 marzo 2024 | Columna | El Espectador

El Espectador ha ofrecido generosamente, desde hace varios años, el espacio de esta columna a la rectoría de la Universidad Nacional de Colombia. Hemos aprovechado este espacio con perspectiva institucional para contarle al país sobre los retos, los proyectos y avances de la Universidad de todos los colombianos. En esta ocasión, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la mujer, quiero tomarme la licencia de compartir una perspectiva y una historia más personal.

El 23 de marzo de 2018, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Colombia, eligió a la primera mujer rectora en sus 151 años de existencia. Así se rompía uno más de los muchos techos “de cristal” que nos han impuesto a las mujeres. Yo había llegado a la rectoría luego de una carrera dedicada a la ciencia, la tecnología, la innovación, la docencia y la promoción, desde la gestión del conocimiento, del desarrollo de nuestro país, sus territorios y comunidades,. Había dedicado 40 de años vida a estas tareas, con resultados como la construcción y consolidación del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional - IBUN, el primero en su tipo en Colombia y uno de los primero de América Latina, asumí la dirección de la universidad como ejercicio de mi responsabilidad con la institución y con el país.

Llevaba cerca de un año al frente de la rectoría cuando, en 2019, La UNAL fue seleccionada para presidir la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe – UDUALC, organización que reúne a más de 250 instituciones educativas de la región y que elegía a su primera presidenta en 70 años de existencia. Otro techo de cristal que se rompía.

Además de las tareas y responsabilidades que imponen estos nombramientos, era muy clara la expectativa  que existía sobre la necesidad de impulsar reformas estructurales que garantizaran mejores condiciones de vida para las mujeres en la Universidad Nacional y el mundo académico. Con la certeza de que no es un resultado personal sino el producto de un gran acumulado de esfuerzos colectivos y, apenas a unas semanas de entregar ambos encargos, quiero decir que hemos avanzado mediante un liderazgo colectivo y transformador. No lo suficiente, porque nunca habrá esfuerzo suficiente para acabar una injusticia mientras esta permanezca, pero basta pensar en los cambios que han ocurrido recientemente en la cultura  para comprender cuán grande es el camino recorrido en el defensa de los derechos de la mujer.

La UNAL no se abstrae de la realidad social, política, económica y cultural de nuestro país. Por el contrario, vive intensamente todas sus contradicciones y se propone permanentemente superarlas.  Sabe que debe transformarse a sí misma para apuntalar las transformaciones que demandan las y los colombianos. Estas apuestas de transformación, en todo caso, deben corresponder con el carácter público y nacional de la UNAL, carácter que define su estructura normativa, así como la orientación de sus políticas y programas de acuerdo con la Constitución Política y las leyes.

Las Violencias Basadas en Género -VBG, se entienden como el uso del poder físico, material o simbólico para causar daño, limitar el desarrollo, segregar o discriminar a las mujeres, por su condición de ser mujer, así como a las personas con orientaciones sexuales diversas por su condición de género. Las VBG, y en particular el acoso sexual, se han convertido en tema central en la discusión pública y en la vida universitaria alrededor del mundo. En nuestro país este debate ha estado impulsado movimientos feministas que han denunciado y llamado la atención sobre la naturalización de muchas de esas formas de violencia en los ambientes universitarios, naturalización que padecen especialmente las mujeres, y que afecta seriamente su vida y su desarrollo personal, académico y profesional.

Erradicar las VBG de los ambientes universitarios se convierte en una condición para que la Universidad cumpla con la misión de aportar a la construcción de una sociedad cada día más incluyente. Siempre hemos querido ver el feminismo como la apuesta legítima por un cambio cultural necesario, como un justo propósito de la democracia, porque debemos superar la discriminación y garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos y porque una sociedad no puede privarse de la capacidad, el talento y la participación de sus mujeres.

A través de un enfoque holístico y multidisciplinario y gracias a la participación activa de la Escuela de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas y el Observatorio de Asuntos de Género -una institucionalidad creada para favorecer el cambio cultural que requiere la erradicación de las VBG-, así como de las colectivas estudiantiles y profesorales. La Universidad ha implementado estrategias integrales que abordan la prevención, atención y sanción de las violencias basadas en género. Estas acciones no solo buscan sancionar las VBG, sino también prevenir su ocurrencia mediante la educación, sensibilización y promoción de una cultura de respeto y dignidad.

El mejoramiento de protocolos para la denuncia y atención de casos, junto con la formación de comités especializados, son testimonio del enfoque proactivo que ha emprendido la Universidad y, que, en todo caso, ha incluido permanentes y constantes discusiones para hacerlos cada vez más efectivos y oportunos, pues, innegablemente la implementación ha sido un proceso difícil y lento como cualquier cambio cultural que implique la transformación de las relaciones sociales y de los valores que las orientan.

Más allá de las medidas reactivas, la Universidad ha priorizado la educación y la sensibilización como herramientas fundamentales para erradicar las raíces culturales y sociales de la violencia de género. A través de cátedras, talleres, campañas y programas educativos, que se han desarrollado en las nueve sedes de la Universidad, vinculando a personal administrativo, docentes y estudiantes, se ha buscado empoderar a la comunidad universitaria con el conocimiento y las herramientas necesarias para identificar, prevenir y actuar ante situaciones de violencia basada género.

La Universidad Nacional de Colombia, como líder en educación superior, reafirma su  compromiso con un futuro donde la igualdad, la no violencia, el respeto mutuo y la equidad sean los pilares de nuestra convivencia. En este Día Internacional de la Mujer, celebramos los avances logrados y renovamos nuestra disposición a continuar en la lucha incansable por un entorno académico y social libre de violencias de género.

*Rectora, Universidad Nacional de Colombia

@DollyMontoyaUN

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