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CRES+5 2024: pensando el futuro de la universidad de Latinoamérica y el Caribe

23 marzo 2024 | Columna | El Espectador

La semana anterior, entre el 13 y el 15 de marzo de 2024, se celebró en Brasilia la Conferencia Regional de Educación Superior en América Latina y el Caribe, CRES+5. La conferencia reunió a representantes de los distintos países de nuestra región para pensar colectivamente sobre los temas de mayor relevancia de la educación superior en nuestros países (función social, autonomía, inclusión y diversidad cultural, internacionalización e integración regional, investigación e innovación, financiación y gobernanza, papel estratégico en el desarrollo sostenible, y futuros posibles, entre otros).

La declaración de la primera de las Conferencias Regionales sobre Políticas y Estrategias para la Transformación de la Educación Superior en América Latina y el Caribe, CRES 1996, realizada en La Habana, contiene ya los elementos básicos que serían recogidos y profundizados en las siguientes conferencias, entre ellos la importancia de la educación superior “para enfrentar los desafíos del mundo moderno y para formar ciudadanos capaces de construir una sociedad más justa y abierta, basada en la solidaridad, el respeto de los derechos humanos y el uso compartido del conocimiento y la información”.

En 2008, la CRES de Cartagena de Indias, asume la educación superior como “un derecho humano y un bien público social” y señala que “los Estados tienen el deber fundamental de garantizar ese derecho”. Se considera una tarea importante la expansión de la cobertura con calidad y pertinencia y se señala que la educación superior debe contribuir a la convivencia democrática y la cooperación, y debe responder a las demandas de la sociedad desde el conocimiento y la capacidad reflexiva de la comunidad universitaria.

La conferencia de 2018, realizada en Córdoba, Argentina, a los 100 años de la gran Reforma, recoge la idea de la educación superior como “un bien público social, un derecho humano y universal, y un deber del Estado” y reivindica la autonomía de las instituciones de educación superior. Plantea la necesidad de hacer frente al aumento de las “diferencias económicas, tecnológicas y sociales entre el norte y el sur y las brechas internas entre los Estados” e insiste en que la educación superior no puede ser una mercancía ni un servicio lucrativo. En un contexto de diversidad, como el de Latinoamérica y el Caribe la calidad debe definirse con la participación de distintos actores sociales y debe atender a los propósitos formativos de las instituciones considerando valores como la equidad, la inclusión, la diversidad y la pertinencia. La internacionalización debe darse como una “relación solidaria entre iguales, con énfasis en la cooperación sur-sur y la integración regional”. Se trata también de concebir la Extensión Universitaria como un espacio de solución de necesidades sociales en que participan distintos actores, instituciones o personas.

La CRES+5 de 2024, realizada en Brasilia, busca seguir los compromisos adquiridos en el plan de acción definido en Córdoba y la Hoja de Ruta para la educación superior mundial acordada en la última Conferencia Mundial de Educación Superior. En este espacio de trabajo, de 13 ejes temáticos, se reitera el compromiso de la educación superior con la defensa de los derechos y la multiculturalidad. Las instituciones de educación superior deben garantizar que toda la ciudadanía pueda acceder a los beneficios de la investigación y deben producir un conocimiento que permita alcanzar un mayor bienestar colectivo y superar la desigualdad. La CRES+5 aboga por una transformación digital inclusiva, ética y dialógica, señala la necesidad de una “integración regional emancipatoria” y concluye subrayando la vigencia de las instituciones de educación superior como espacios de construcción de futuro.

El balance anterior evidencia la comunidad de principios que se ha mantenido a lo largo de las distintas Conferencias Regionales de Educación Superior en América latina y el Caribe y muestra la gran coherencia que existe entre los ideales que se han consolidado a lo largo de estos encuentros, las propuestas de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, UDUALC, y los cambios que se han dado en la educación superior colombiana, en particular en la Universidad Nacional.

Nuestra Universidad ha fortalecido su presencia regional y ha ampliado el acceso a la educación superior de comunidades tradicionalmente excluidas, desarrollando programas de admisión especial, implementando políticas de acompañamiento estudiantil orientadas a mejorar la permanencia y la graduación y ofreciendo programas que responden a las investigaciones sobre las necesidades y posibilidades del contexto. Se han venido desarrollando propuestas pedagógicas en las que es posible establecer un diálogo productivo de saberes y se implementan iniciativas orientadas a la formación integral. Las perspectivas institucionales que se expresan en la Universidad que aprende, en la Universidad Intersedes, en la armonización de las funciones misionales y en la transformación digital son plenamente coherentes con las orientaciones de la nueva universidad latinoamericana que surge de las Conferencias regionales promovidas por la UNESCO. Estas coincidencias nos dan confianza en que hemos elegido el camino correcto.

*Rectora, Universidad Nacional de Colombia.
@DollyMontoyaUN

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